Saturday, March 15, 2008
Salmo 19-Un recordatorio útil y necesario
La gloria de Dios es la expresión física y visible de Su espiritualidad e invisibilidad.
Como a Dios nadie le ha visto, ni le puede ver (Juan 1:18), Dios utiliza su creación para que aquellos seres por El amados; es decir, nosotros… podamos reconocerlo mediante Su creación.
El Salmo parece dividirse claramente en dos secciones:
Vs. 1-6 Tiene que ver con la creación. En esta sección son revelados tanto la deidad como el poder de Dios.
Vs. 7-14 La revelación manifiesta por medio de la Escritura. Aquí se nos da a conocer la voluntad de Dios y por ende, nos son manifiestos nuestros deberes y responsabilidades para con Dios.
El salmista nos muestra no sólo la excelencia del contenido de la revelación de Dios por medio de Su Palabra sino que, muestra el camino cómo se puede sacar provecho de esa revelación. Evidentemente, por este enfoque, la Palabra de Dios tiene una aplicación inmediata a la vida de cada uno de nosotros y también, para cada instante que gozamos de vida terrenal.
Hay algo que parece que se nos presenta en el Salmo: nuestra experiencia no sólo puede o debe basarse en lo que se ve –aquello que podemos apreciar como parte de la creación- también debe mirar a lo que no se ve: “no mirando nosotros las cosas que se ven, sino las que no se ven; pues las cosas que se ven son temporales, pero las que no se ven son eternas. (2 Cor 4:18). Esta condición sólo se puede dar mediante la fe depositada en Dios como único y suficiente proveedor para nuestras vidas.
Leía recientemente una triste historia de un joven que, antes de tomar las riendas para manejar los negocios de su padre, decidió hacer un largo recorrido por algunas partes exóticas del mundo. Pues se metió en uno de los enormes desiertos del África y allí su carro sufrió un desperfecto. Transcurrieron horas y no pudiendo comunicarse con nadie empezó a sufrir el efecto de la sed en el desierto y se echó a morir debajo del auto que lo había dejado abandonado en el aquel lugar.
Cuando lo encontraron muerto debajo del auto leyeron una nota que describía el horror de morir de sed. Alguien abrió el radiador del auto y notó que en él había 10 litros de agua.
¡Con cuanta frecuencia podemos hallarnos en condición similar! Dios es nuestro proveedor, pero no acudimos a El para satisfacer la sed de nuestras almas. Es menester que aprendamos a aprovecharnos de la provisión de nuestro Padre.
Las cosas invisibles de Dios son manifiestas en la gloria de Su creación. Por esta razón, el ateismo es una rotunda insensatez.
La creación de Dios muestra Su gloria y anuncia la obra de sus manos (ver Stgo. 1:17) y en ello, nosotros debemos regocijarnos. Es un absurdo aceptar la Creación como efecto de un grave accidente cósmico.
Un desorden absoluto y monumental como causa, no puede dar un como efecto un orden perfecto universal.
La gloria de Dios es visible en la creación, pero es comprensible en Su revelación a través de Su maravillosa Palabra.
En el Salmo, hay seis referencias claras respecto a las excelentes propiedades de la Palabra de Dios:
“La ley de Jehová es perfecta” (vs 7ª). En la Palabra de Dios no existe corrupción y está llena de todo bien y diseñada para alimentar el alma (véase 2 Ti 3:17). No se le debe añadir ni quitar nada y restaura, alimenta, reanima y convierte el alma.
“El testimonio de Jehová es fiel” (vs 7b). Es decir, fiable, seguro duradero, indefectible, trae consuelo, esperanza y conforta. Satisface al sencillo.
“Los mandamientos de Jehová son rectos” (vs 8). Responden a un código de absoluta perfección, o sea, no puede haber engaño alguno en ellos porque brotan del corazón mismo de Dios. La ley de Dios en las manos de Jesús, producen gozo perpetuo, alegría y fortaleza al alma y sobre todo, traen sanidad al alma.
“El precepto de Jehová es puro.” (vs 8b) En 1 Juan 1:5 nos dice la Palabra: “Dios es luz, y no hay tinieblas en él.” Cuando Dios prescribe, Su prescripción para cada corazón es absolutamente perfecta (ver Efesios 1:18-19).
“El temor de Jehová es limpio.” (vs 9ª) El respeto y la reverencia de Dios es incorruptible y permanece para siempre porque emana de Su voluntad.
“Los juicios de Jehová son verdad.” Lo que Dios dicta siempre es claro y transparente; no puede haber en ninguno de Sus juicios tela de duda, ni sombra de malentendido porque en El sólo puede haber justicia. ( ver Juan 17:17) .
Por otro lado, el salmo expresa el gran valor que se puede obtener de la palabra del Señor (vs. 10 & 11) y considera su efecto mayor que toda la riqueza de este mundo.
Finalmente, convoca al arrepentimiento y a la oración… sea esta nuestra experiencia.
por Marco Pérez Sr. (y el Salmista)